Generalidades de la prueba

Los radiomarcadores se utilizan en pruebas de imagen que ayudan a encontrar problemas en el interior del cuerpo. Estos marcadores emiten partículas que pueden detectarse y convertirse en una imagen para ayudar a encontrar problemas en órganos u otras estructuras.

El marcador suele administrarse a través de una vía intravenosa (IV) colocada en una vena. Pero el marcador también puede administrarse por vía oral o inhalándolo en los pulmones. A continuación, el marcador se desplaza por el cuerpo y puede acumularse en un determinado órgano o zona.

Los tipos de pruebas que utilizan radiomarcadores incluyen la tomografía por emisión de positrones (TEP) y las pruebas diagnósticas de medicina nuclear para examinar órganos específicos como el hígado, los pulmones, los riñones y la vesícula biliar.

Siempre que se exponga a la radiación, existe una pequeña posibilidad de que se produzcan daños en las células o los tejidos. Ese es el caso incluso con el radiomarcador de bajo nivel utilizado para esta prueba. Pero la posibilidad de daño es muy baja en comparación con los beneficios de la prueba.

Gran parte del marcador abandonará su cuerpo a través de la orina o las heces en el plazo de un día. Así que asegúrese de tirar de la cadena del inodoro justo después de utilizarlo y lávese bien las manos con agua y jabón. La cantidad de radiación del marcador es muy pequeña. Esto significa que no es un riesgo para las personas que estén a su alrededor después de la prueba.

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