Una broncoscopia es una prueba que le permite a su médico observar las vías respiratorias de su hijo, incluida la garganta, la tráquea y los bronquios.
Antes de la prueba, asegúrese de seguir las instrucciones del médico para preparar a su hijo, lo que incluye cuándo su hijo debe dejar de comer y beber.
Su hijo recibirá medicamentos, por lo que no sentirá nada durante el procedimiento.
Puede traer una manta o juguete favoritos para ayudar a que su hijo se relaje.
Una broncoscopia utiliza un endoscopio con una cámara en el extremo.
El endoscopio flexible se introduce en la nariz o la boca de su hijo y se hace bajar suavemente por la garganta.
A medida que desciende, muestra un video de la garganta, la laringe, la tráquea, los bronquios y los pulmones.
El médico puede usar pequeños instrumentos para extraer un objeto o crecimiento o tomar una muestra de tejido o líquido.
Hay otro tipo de broncoscopia que usa un endoscopio rígido.
Por lo general, se realiza como parte de un procedimiento especial, como para extraer un objeto más grande o tomar una muestra de tejido de mayor tamaño.
Una broncoscopia toma menos de una hora.
Es posible que su hijo pase algunas horas en una sala de recuperación.
Su hijo probablemente pueda volver a casa el mismo día y retomar su rutina habitual en 1 o 2 días.
Su hijo podría sentir la boca muy seca durante varias horas después del procedimiento.
Podría estar ronco o tener dolor de garganta durante unos días.
Si su hijo tiene 4 años o más, puede chupar pastillas para la garganta.
Los niños de 8 años en adelante pueden hacer gárgaras con agua tibia con sal.
Puede darle líquidos a su hijo, como agua, jugo de manzana y paletas de hielo saborizadas.
Evite las sodas y los jugos cítricos como el jugo de naranja.
Su hijo también puede tener fiebre baja de menos de 101 grados Fahrenheit o 38.3 grados Celsius.
Puede durar de 4 a 8 horas después del procedimiento.
Si le hicieron una biopsia, podría escupir una pequeña cantidad de sangre o tener saliva con sangre.
Esto es normal.
Haga que su hijo descanse hasta que se sienta mejor.
Cuando esté de vuelta en casa, anime a su hijo a descansar lo suficiente.
Cuando su hijo esté listo para comer, comience con alimentos fáciles de tragar, como fideos blandos, pudín, frutas enlatadas o cocidas, huevos revueltos y puré de papas.
Someterse a una broncoscopia podría parecer atemorizador, especialmente para los niños.
Pero el médico y demás personal sanitario estarán allí todo el tiempo para asegurarse de que su hijo esté bien.
