[Sonido de un hombre haciendo una presentación] [Presentador] Imagínese que está sobre un escenario haciendo una presentación.
Y en la primera fila hay un hombre con carteles en la mano que dicen cosas negativas.
¿Cómo le haría sentir eso? ¿Cree que haría bien esa presentación?
Pero eso es lo que hacen muchas personas que tienen dolor crónico.
Y los pensamientos son poderosos.
Los pensamientos negativos, como: "Nunca me sentiré mejor", o: "Nada me alivia el dolor"...
pueden producir estrés, depresión y ansiedad...
y eso realmente puede empeorar el dolor.
Pero ¿qué pasaría si en vez de: "Nada me alivia el dolor"...
se dice a sí mismo: "Hay cosas útiles que puedo hacer"?
Ese es un mensaje muy diferente.
Es posible que sienta que no tiene mucho control sobre sus pensamientos.
Pero sí lo tiene. Y usted puede aprender a sustituir los pensamientos poco saludables por pensamientos saludables usando tres pasos sencillos: Deténgase, pregunte y elija.
Empiece por prestar atención a lo que su mente le está diciendo.
Esto puede requerir algo de práctica. Cuando se dé cuenta de un pensamiento negativo...
... "Detenga" ese pensamiento.
Y luego... "Pregunte". Examine ese pensamiento...
... y pregúntese: "¿Es verdad lo que estoy pensando? ¿Es algo que me ayuda?"
Después... "Elija".
Elija un pensamiento diferente que pueda cambiar cómo se siente.
De acuerdo. Veamos entonces cómo le funciona esto a Lisa.
[Lisa] "Ya siento dolor. No voy a poder superar todo el día en el trabajo.
Espera. Eso no es verdad.
Sé que si tomo ahora los medicamentos...
y me levanto y camino unos minutos cada hora...
puedo mantener el dolor a un nivel que puedo soportar".
[Presentador] Muy bien, si está listo, usted puede intentarlo.
Piense en un momento reciente en el que usted tuvo un pensamiento que no era útil.
Pregúntese: "¿Era cierto ese pensamiento? ¿Era útil?"
Ahora, trate de ver si puede cambiarlo por otro pensamiento que le sirva de ayuda en lugar de desalentarlo.
Al principio, tal vez desee tener varios pensamientos de reemplazo.
Y luego, elija el que le parezca mejor.
Si esto le resultó difícil, no se preocupe.
Tener pensamientos saludables es una habilidad y adquirirla puede requerir tiempo.
Pero, con la práctica, le resultará más fácil reemplazar pensamientos no saludables...
aquellos que le hacen sentirse decaído...
con pensamientos que le ayuden a sentir más tranquilidad y control.
Y los tres pasos... Deténgase, pregunte y elija...
son algo que puede empezar a hacer hoy mismo.
Entonces, ¿qué le parece? ¿Cómo podría ayudarle tener pensamientos más saludables?