Para ciertas personas, la ansiedad es natural y parte de su ser. Suelen inquietarse. Por ejemplo, si el teléfono suena a las 6 de la mañana, algunos pensarán, ¡eso es temprano para llamar! Otros podrían temer ¡oh!, ha pasado algo malo.
¿En qué piensa al encontrarse frente a una circunstancia de ese tipo?, ¿visualiza el escenario más desfavorable?
Nuestra vida moderna a menudo conduce a sentirnos abrumados.
El estrés está asociado con preocupaciones tangibles, circunstancias actuales.
Por otro lado, la ansiedad conlleva miedo a lo que podría suceder, a sucesos que no han ocurrido o no son realmente tan peligrosos. En ocasiones, este tipo de inquietud ansiosa parece actuar como una estrategia defensiva.
Como cuando planea perfectamente un viaje y piensa en todo lo que podría necesitar. Entonces nada malo podría pasar, pero a veces mucha preocupación ansiosa comienza a hacerle sentir cansancio y frustración y puede impedirle disfrutar de su vida. Me pregunté si realmente merecía la pena preocuparme tanto por una simple camisa que estaba llena de arrugas. Después de tener a mi hijo la ansiedad era tan intensa que me resultaba imposible salir por mi cuenta con el bebé.
Puede afectar las relaciones, el empleo y complicar el sueño, el descanso o el razonamiento.
Estoy desvelado en la noche, angustiado por todo, la renta, mi dolor de espalda, las notas del niño, la salud de mi mamá.
No logro desconectar. Siempre fui así.
A menudo evito a las personas porque tengo miedo de decir algo estúpido o peor aún, que simplemente mi mente se queda en blanco.
Es más fácil estar solo.
Tras oír estos relatos, piensa que la ansiedad sea un inconveniente para usted.
Así el tratamiento puede ayudarle.
