Mi médico me dijo que ahora tengo que tomar una pastilla -muchas pastillas- todos los días, durante el resto de mi vida.
No me gustan las pastillas.
Las pastillas no me hacen sentir diferente.
Sé que son para mi corazón, pero la verdad es que no sé para qué sirven y me pregunto si en realidad las necesito.
Me estoy esforzando mucho para hacer cambios en mi estilo de vida, alimentarme bien, mantenerme activa.
Pero solo ver esas pastillas me hace sentir como una persona enferma.
A veces, las pastillas me hacen sentir peor, como que estoy cansada todo el día.
A nadie le gusta tomar pastillas.
Pero piense en por qué las toma.
Ayudan a que su corazón se mantenga saludable.
Y le ayudan a prevenir problemas más adelante.
Incluso si usted se cuida bien alimentándose de forma adecuada y manteniéndose activo, sus medicamentos son una capa adicional de protección para el corazón.
Es posible que se esté dando más tiempo para disfrutar con la gente que ama.
Decidí que tomar mis pastillas es un pequeño precio a pagar para estar viva y sana.
Esto no quiere decir que tengo que verme a mí misma como una persona enferma; todo depende de la actitud que tengo hacia las cosas.
Y tengo otro nieto en camino.
No voy a perderme eso.
Volví a ver a mi doctora y ella me ayudó a entender cómo mis medicamentos ayudan a mi corazón.
Ella me recordó lo que podría suceder si no tomo mis pastillas.
Ya no puedo decir que no lo sé.
Es demasiado importante.
Cuando le dije a mi médico lo cansada que estaba todo el tiempo, me dijo que podíamos intentar cambiar la dosis o incluso cambiar el medicamento para que no esté tan cansada.
Estoy empezando a sentirme un poco más a gusto con la vida y con estas pastillas.
Tomar medicamentos a diario no tiene que definir quién es usted.
Es solamente un momento de su día.
El objetivo es vivir más tiempo y vivir mejor.
