Mantener los cortes y las raspaduras limpios y cubiertos puede ayudar a que sanen mejor y evitar que se infecten.

Asegúrese de lavarse las manos antes de aplicar o cambiar un vendaje.

Esto también puede ayudar a prevenir una infección.

Lave la zona lesionada dos veces al día con agua y jabón.

Pero no use agua oxigenada ni alcohol porque pueden retardar la sanación.

Seque la zona con toques suaves usando un paño limpio.

Luego, use un vendaje antiadherente si tiene uno.

Cada vez que el vendaje se moje o se ensucie, quítelo, limpie la herida de nuevo, y póngase un vendaje nuevo.

Si el vendaje se pega a la herida, trate de empaparlo en un poco de agua tibia antes de quitarlo.

Y llame a su médico si ve alguna señal de infección, como aumento del dolor, la hinchazón, la temperatura o el enrojecimiento cerca de la herida.

Llame si tiene vetas rojizas que salen de la herida, pus que sale de la herida, o fiebre.

Con buenos cuidados, su lesión debería mejorar pronto.