Ahora que va a usar oxígeno, tendrá que hacer ciertos cambios en su estilo de vida.
Pero esos cambios realmente pueden valer la pena.
La terapia de oxígeno puede facilitar la respiración y eso podría ayudarle a sentirse mejor y a vivir más tiempo.
Echemos un vistazo a los tipos de oxígeno que podría usar.
El oxígeno comprimido es un gas que viene en tanques de diferentes tamaños.
Los tanques grandes son pesados y, una vez que se colocan dentro del hogar, por lo general no se mueven.
Usted puede obtener tanques pequeños para llevar consigo cuando salga de casa.
Luego está el oxígeno líquido.
También está disponible en tanques, pero estos pesan menos y contienen más oxígeno, así que pueden ser una buena opción si usted está activo.
O bien puede utilizar un concentrador de oxígeno.
Esto es una máquina que extrae el aire del ambiente y produce oxígeno con alrededor de un 95% de pureza.
No es necesario rellenarlo como un tanque, por lo que a la larga puede costar menos.
Pero es eléctrico, así que usted necesitará un tanque y una batería de reserva en caso de apagón.
Tal vez encuentre que una combinación de fuentes de oxígeno es lo mejor.
Puede usar un concentrador en casa y tener a mano un tanque de oxígeno grande como reserva.
Y también puede tener pequeños tanques o un concentrador portátil para usar fuera de su hogar.
Ahora bien, una vez que comience a usar oxígeno en casa, seguir estos consejos le ayudará a mantenerse seguro.
No cambie los ajustes del caudal de oxígeno sin hablar primero con su médico.
Aumentarlos o reducirlos puede ser peligroso para su salud.
Mantenga los tanques en posición vertical y no los deje caer.
Lleve un registro de la cantidad de oxígeno que tiene en el tanque y pida más antes de que lo necesite, para que no se quede sin él.
No beba alcohol ni tome medicamentos que lo adormezcan a menos que su médico lo autorice.
Pueden hacer que respire demasiado lento.
Y nunca fume ni deje que otros lo hagan mientras utiliza oxígeno.
El oxígeno es un peligro de incendio y aumentará la temperatura y la rapidez con que algo se quema.
Tenga un extintor de incendios en el hogar a su alcance.
Y, por último, mantenga el oxígeno alejado de llamas y fuentes de calor como los hornos a gas, las parrillas, los calentadores portátiles, las velas y las chimeneas.
