Para ayudarle a mantener el equilibrio y la sensibilidad postural respecto a su entorno, su cuerpo utiliza un sistema que incluye la piel, los nervios, los ojos y... aunque no lo crea... los oídos.
En el interior de cada oído hay un complejo sistema de pequeños conductos.
Y dentro de los conductos hay piedras diminutas.
Cuando usted mueve la cabeza y el cuerpo, las pequeñas piedras se mueven y envían señales al cerebro que ayudan a que usted conozca su posición y mantenga el equilibrio.
Pero si esas pequeñas piedras se trasladan al conducto equivocado o se quedan atascadas, el cerebro no obtiene las señales adecuadas, y eso puede darle la sensación de estar dando vueltas. Esto es el vértigo.
Así que para devolver las diminutas piedras al lugar correcto, el médico puede utilizar un procedimiento sencillo llamado maniobra de Epley.
Toma solo unos minutos y se puede hacer en el consultorio del médico. Así es como funciona...
Usted se sentará en la mesa de exploración con las piernas estiradas.
El médico le girará la cabeza hacia un lado y luego lo inclinará rápidamente hacia atrás hasta que sus hombros estén sobre la mesa y la cabeza esté colgando más allá del borde.
Usted permanecerá en esta posición por alrededor de 30 segundos o hasta que el vértigo se detenga.
Luego, sin levantar la cabeza, el médico le girará la cabeza hacia el otro lado y usted permanecerá en esta posición por otros 30 segundos o hasta que el vértigo se detenga.
A continuación, le girará el cuerpo hacia un lado y lo mantendrá así por unos 30 segundos o hasta que el vértigo se detenga.
Por último, el médico le ayudará a sentarse de nuevo con las piernas colgando del borde de la mesa.
Si tiene vértigo con frecuencia, pregúntele a su médico sobre una manera de hacer la maniobra de Epley por su cuenta para detener el vértigo.
