Todos los bebés lloran.
Pero algunos bebés lloran mucho, incluso cuando no están hambrientos, mojados, enfermos o no tienen dolor.
El llanto es una parte normal del desarrollo de un bebé.
Así que es importante estar preparado para ello.
Pero el llanto excesivo puede ser difícil de soportar y más aún si usted está estresado o cansado, como la mayoría de los padres.
Si lo ha probado todo para calmar a su bebé y nada ha funcionado, puede sentirse impotente, solo frustrado o incluso enojado.
Pero hay cosas que puede hacer, por usted, para evitar perder el control.
Usted puede: Hacer una pausa, respirar hondo y contar hasta 10.
Llamar a un amigo, un vecino o un familiar para pedirle ayuda.
También puede buscar en Internet el número de la línea de ayuda para padres, un servicio gratuito que puede responder sus preguntas y ofrecer orientación y apoyo.
Llamar al médico de su hijo.
Alejarse.
Coloque a su bebé en un lugar seguro, boca arriba en una cuna, y vaya a ver cómo le va cada 5 a 10 minutos.
Es importante tener en cuenta que la sensación intensa, esa sensación de no poder detener el llanto, a veces puede hacer que un padre pierda el control y lastime a su bebé.
Pero usar la fuerza nunca ayuda a calmar a un bebé que es frágil.
Y sacudir o golpear a un bebé, incluso una sola vez e incluso sin querer hacerlo, puede causar daños permanentes como ceguera, daño cerebral e incluso la muerte.
Pero dejar a su bebé solo en un lugar seguro e ir a comprobar cómo le va cada pocos minutos no le hará daño a su bebé.
Y podría darle a usted el descanso que necesita.
Saber lo que puede hacer para sobrellevar la situación puede prevenir los problemas a largo plazo para su bebé y su familia.
Y puede compartir estas ideas o este video con otras personas que cuidan a su bebé.
Al mismo tiempo, puede preguntar si lo apoyarían en esos momentos en los que puede necesitarlo.
Entonces, piense ahora en lo siguiente: ¿Cómo se calmará usted?
¿A quién llamará?
¿Y cómo se cuidará a sí mismo?
Porque cuando usted hace algo agradable por sí mismo tomando pequeños descansos con regularidad, puede ser mucho más fácil afrontar los momentos difíciles de la crianza de un niño.
Y, por último...
¿Cómo recordará, en una situación intensa cuando hay tanto en juego, que lo mejor que puede decirse a sí mismo y la mejor manera de cuidar a ese bebé que tanto ama, puede ser lo siguiente?: "Está bien. Aléjate".