La terapia electroconvulsiva es un procedimiento que utiliza pequeñas corrientes eléctricas que pasan por el cerebro.
Puede tratar problemas como la depresión u otras afecciones que pueden afectar el cerebro.
Se usa con mayor frecuencia para tratar a personas con depresión grave cuando otros tratamientos no han funcionado.
Los expertos no saben exactamente cómo funciona la terapia electroconvulsiva.
Parece cambiar la composición química del cerebro, de manera similar a como funcionan los medicamentos, y puede tener otros efectos en el cerebro.
Al principio, puede parecer aterrador, pero tenga en cuenta que la terapia electroconvulsiva es segura y no hace daño, y puede tener muchos beneficios para las personas a las que otros tratamientos no han ayudado.
Antes del procedimiento, le darán medicamentos para ayudarle a relajarse y dormirse.
Su equipo de atención le colocará pequeñas almohadillas, o electrodos, en la cabeza.
Mientras duerme, se envían corrientes breves y pequeñas al cerebro.
No sentirá esto, y no lo recordará.
Cuando se despierte, por lo general entre 5 y 10 minutos después del procedimiento, es posible que tenga algunos efectos secundarios, como confusión, náuseas o dolor de cabeza, o dolor en la mandíbula.
Estos suelen desaparecer al cabo de unas horas.
Es posible que note algo de pérdida de memoria a corto plazo, lo cual debería mejorar al cabo de algunas semanas.
Después del tratamiento, podrá volver a hacer sus actividades habituales.
Su equipo de atención puede decirle cuándo puede volver a manejar.
La terapia electroconvulsiva suele hacerse varias veces en un período de algunas semanas.
Al principio, pueden darle 2 o 3 tratamientos a la semana, dependiendo de sus síntomas y de lo bien que funcione el tratamiento.
A menudo se utilizan medicamentos y asesoría junto con la terapia electroconvulsiva.
Si está nervioso acerca de someterse a terapia electroconvulsiva, recuerde que no duele y que no la recordará.
Y puede ayudarle a obtener alivio de sus síntomas.