Un cuerpo saludable tiene un sistema de defensa que combate infecciones.
La septicemia es una reacción intensa a una infección.
Puede causar daño mortal al organismo y provocar una presión arterial peligrosamente baja.
La septicemia combate lo que podría haber comenzado como una infección pequeña, pero la combate como si fuera una guerra.
Usted termina con inflamación en zonas extensas de su organismo.
Puede dañar tejido y extenderse hasta bien profundo en sus órganos.
Las cosas que pueden llevar a una septicemia incluyen una infección en la piel como por un corte, una infección pulmonar como neumonía, una infección renal o una infección intestinal como E. coli.
Cualquier persona puede tener septicemia, pero es más común en los bebés, los adultos mayores y las personas que tienen un sistema inmunitario debilitado.
La septicemia se produce rápidamente.
Debe tratarse en un hospital.
Y si es grave, entonces usted podría recibir tratamiento en la unidad de cuidados intensivos, la UCI.
El equipo de atención trabajará de manera ardua para tratar de encontrar la infección que causó la septicemia.
Y luego usará medicamentos como antibióticos.
Le colocarán una IV para administrarle los medicamentos y otros líquidos para ayudarle a curarse, lo que puede demandar varios días.
Si usted está en la UCI, puede esperar ver tubos, cables y aparatos por todos lados.
El equipo de atención le ayudará a entender lo que hacen todos estos aparatos.
La septicemia puede causar temor, pero usted no la combatirá a solas.
Su equipo de atención está allí para ayudarle y brindarle el tratamiento que necesita.
Saber que su equipo de atención está preparado y que hará todo lo que pueda para salvarle la vida puede ayudarle a mantenerse fuerte.
