Ir al hospital para un procedimiento o tratamiento puede ser estresante para su hijo.
Estar lejos de casa... en un lugar extraño... con muchas personas nuevas.
Preocupación... miedo a lo desconocido... confusión...
Muchos niños tienen estos sentimientos, y usted puede tenerlos también.
También es posible que sienta que no tiene demasiado control.
Pero hay algo que puede hacer.
Ayudando a su hijo a prepararse, usted puede realmente cambiar los sentimientos de su hijo sobre la estancia en el hospital.
Una de las mejores cosas que puede hacer es hablar con su hijo.
Encuentre un momento en el que no haya interrupciones y ambos pueden estar tranquilos.
Explique en un lenguaje sencillo el motivo para la visita al hospital.
Sea honesto.
Responda a cualquier pregunta.
Y recuerde que los niños pequeños no necesitan demasiados detalles.
La imaginación de un niño puede ser poderosa...
especialmente cuando el niño está preocupado o temeroso.
Así que asegúrese de pasar tiempo escuchando.
Pídale a su hijo que le diga por qué va a ir al hospital y lo que sucederá allí.
Eso puede ayudarle a entender lo que más preocupa a su hijo.
Y ayude a su hijo a concentrarse en cómo podría sentirse después...
y en cómo estar en el hospital le ayudará.
Algunos hospitales ofrecen visitas guiadas para que los niños puedan ver cómo es el hospital y hablar con las enfermeras.
Puede ser útil llevar también a los hermanos y hermanas a la visita guiada del hospital...
para aliviar cualquier preocupación que puedan tener.
Y, por último, dígale a su hijo que preocuparse es su trabajo.
El trabajo de su hijo es concentrarse en las cosas buenas, como sentirse mejor y quién va a ir a visitarlo.
Si usted se toma tiempo para preparar a su hijo para una estancia hospitalaria, es probable que su hijo esté más relajado y eso significa que usted también estará mucho más relajado...
lo que hará que la estancia hospitalaria sea lo más fácil posible.