La rodilla es una articulación que conecta el fémur con la tibia.
La articulación está cubierta por otro hueso: la rótula.
La articulación está amortiguada y protegida por cartílago.
Pero si usted tiene artritis, esta superficie protectora se deteriora.
A medida que el cartílago se deteriora, las superficies óseas de la articulación se rozan una contra la otra, lo que causa daño y dolor.
Cuando esto sucede, el médico puede recomendarle que se opere para reemplazar las partes dañadas de la rodilla por nuevas piezas de metal y plástico.
Lo más probable es que esté dormido durante la cirugía, de manera que no sentirá dolor.
Así es como se hace la cirugía de reemplazo, o artroplastia, de rodilla...
Se retiran el cartílago y el hueso dañados del extremo del fémur.
A continuación, se coloca una cubierta de metal en el extremo del hueso.
Se eliminan el cartílago y el hueso dañados de la parte superior de la tibia y se coloca una placa de metal en el hueso.
La parte superior de la placa de metal está recubierta de plástico para ayudar a que la articulación se mueva fácilmente.
También pueden eliminarse el cartílago y el hueso dañados de la parte posterior de la rótula y sustituirse por una placa de metal y un revestimiento de plástico.
Todas estas piezas están hechas para funcionar juntas como lo hace una articulación normal de rodilla.
