Terapia dirigida para el cáncer
La terapia dirigida utiliza medicamentos para atacar los objetivos o procesos específicos de las células cancerosas. Estos medicamentos ayudan a impedir que las células cancerosas crezcan o se diseminen. A diferencia de la quimioterapia, apuntan a las células cancerosas y pueden causar menos daño a las células normales.
La terapia dirigida a menudo se administra en forma de pastilla o se introduce en una vena. Puede usarse por sí sola. Pero a menudo se combina con otros tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia.